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En Travesuras no educamos para saber, educamos para SER.

Concebimos al niño como una semilla que nace y trae consigo una genética, pero
para que florezca y se convierta en un gran árbol, necesita de una tierra fértil y
condiciones óptimas para su crecimiento y desarrollo, el agua, el clima y el
ambiente al que esté expuesto el árbol de la vida condicionarán su crecimiento. Un
árbol bien enraizado en confianza, seguridad, amor, estabilidad emocional, escucha,
empatía, respeto… dará lugar a una buena base en la que se sustentará el tronco y
del que poco a poco crecerán sus ramas en un ambiente de bienestar y florecerá…
más tarde en la edad adulta, si las condiciones han sido favorables, el árbol de la
vida dará sus frutos.

Somos un Centro de Educación Infantil adherido
al Programa de Ayudas de la Junta de Andalucía

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